Capítulo 8.

Empezamos a andar, íbamos cogidos de la mano, riéndonos, Zayn me había alegrado. De repente se puso detrás de mí.
-Cierra los ojos
-¿Para qué?
-Tú ciérralos, confía en mí.
Los cerré, confiaba en él, sabía que estaba a salvo, segura. Me tapó los ojos con una venda, y empezó a tirar de mi mano, estábamos corriendo, quien sabe hacia donde. No estaba muy segura de mis pasos, pero no me importaba.
-Zayn ¿Qué es esto? ¿Dónde me llevas?
-Calla
Estaba muy acelerada. Imagina lo que es correr por la calle, con los ojos vendados, sin saber a donde vas y con una persona a la que quieres. Era algo perfecto. Me encantaban estos momentos, me encantaba el tiempo que le estaba regalando a Zayn, era tiempo que jamás recuperaría pero no me importaba, le estaba dando un buen uso.
-Ya hemos llegado, ¿estás preparada?
-Creo que sí
Sentía la arena debajo de mis pies, estábamos en la playa. Empezó a besarme y me tumbó en una toalla. Seguía besándome como solo él sabía hacerlo. Cada beso era un escalofrío que recorría mi nuca, mi espalda. Era un golpe a mis sentidos. Se puso encima de mí, y yo empecé a ponerme nerviosa.
-Zayn, pienso que es pronto para esto-le dije aún con los ojos vendados
-Espera, no te levantes eh
-No lo haré
-Un momento, no tardo nada
-Está bien
Mil cosas pasaron por mi mente en ese momento, ¿Qué estaría haciendo? ¿Qué iba a pasar entre los dos?
-Vale, ya está
Noté como se tumbaba a mi lado y empezaba a quitarme la venda con suavidad.
-Cuando yo te diga abres los ojos vale, ¡aún no!- dijo retirándome la venda
-Vale, vale
-Venga, 3…2…1 ¡Ábrelos!
Los abrí, y justo encima de mí tenía un enorme cielo todo lleno de estrellas, estrellas que alumbraban la playa. Daba la sensación de que podías cogerlas con la mano, de que podían caérsete encima en cualquier momento.
-Zayn es… Es precioso
-Tus amigas me dijeron que te encantaban las estrellas, y que allí en Madrid no se veían muchas.
-Gracias de verdad Zayn… Las estrellas son algo muy importante para mí
-¿Por qué?
-Verás siempre he pensado que cuando alguien muere, sube al cielo, y se queda observando a sus seres queridos. Siempre he pensado que el cuerpo queda bajo tierra, pero el alma sube y vela por los que estamos aquí, es una tontería pero no sé…
-No lo es, dijo mientras me abrazaba
Todo estaba precioso, las estrellas reflejaban su luz en el mar, la luna brillaba con mucha fuerza, tanta que hasta parecía el sol, era una noche cálida.
Y ahí estábamos los dos, tumbados, compartiendo los labios, uno encima de otro.
-Oye Andrea, cuando me has dicho que pensabas que era pronto ¿Era porque creías que te había traído aquí para…?
-La verdad… Sí, otro en tu lugar lo habría hecho
Se quedó callado.
-¿Qué pasa?
-Quiero que sepas que el día en el que eso pase, si pasa, quiero que sea especial. Quiero que sea la mejor noche de tu vida, y que cuando seamos viejitos lo recordemos como la noche a partir de la cual todas fueron iguales. Mágicas, románticas, dulces, tiernas. Yo no tengo ninguna prisa, todo lo que quiero lo tengo aquí, en ti, en tus besos, tus abrazos. En cada palabra.
-Gracias por todo esto Zayn… Gracias por aparecer en mi vida.
Empezamos a pasear por la playa de vuelta a casa íbamos jugueteando, riendo.
Cuando salimos a la calle de vuelta a casa nos encontramos un par de fans
-¡Zayn Malik! ¿Eres Zayn Malik? Dios, si que lo eres ¿Podemos hacernos alguna foto por favor?-Dijeron las chicas
Zayn me miró como pidiéndome permiso, que idiota, lo tenía de sobra. Las dos chicas estaban súper nerviosas, eran españolas y Zayn solo entendía algunas palabras.
-A ver dadme la cámara y yo os las hago
-¿En serio? Mil gracias de verdad- Dijeron asombradas al verme hablando en español
Tras un par de fotos, autógrafos y besos volvimos a estar solos.
-Las pones muy nerviosas, las entiendo, a mí todavía sigues poniéndome nerviosa
-Y quiero seguir poniéndote nerviosa siempre
Sonreí, Zayn era un chico dulce, amable, alegre. Lo tenía todo.
Sin darnos cuenta ya estábamos en la puerta del hotel, eran las 12 y María me esperaba en la puerta.
-Bueno nena, hay que despedirse ya
-Gracias por esta noche-le susurré al oído
Un beso corto para despedirnos, mañana será otro día.
Corrí hacia el hotel, él esperó hasta que entrara para irse. Una vez dentro abracé a María con fuerza para agradecerla lo que había hecho por mí.
-Gracias en serio María
-De nada tonta- me dijo con una sonrisa en la cara
-Si Marcos llegara a enterarse de algo, di que fuiste a dar un paseo conmigo porque te encontrabas mal ¿Vale?
-Está bien- la dije besándole la frente
Cuando llegué a mi habitación las chicas estaban dormidas. Entré sin hacer ruido para no despertarlas. Me puse el pijama y me metí en la cama. Cogí mi móvil, tenía 10 llamadas perdidas de Niall.