sábado, 28 de abril de 2012

Capítulo 69.

Me giré de golpe y le vi poniendo morritos y esperando un beso.
-Oh si, por supuesto -Le dije riendo
Sonrió y yo me aproximé corriendo hacia él. Cerró los ojos y acerqué mi boca a la suya, y justo cuando nuestros labios se iban a rozar giré la cara y le besé la mejilla.
-Será mejor que dejes de boquear, estás perdiendo tu reputación de chico malo -Le susurré
Dicho esto corrí hacia la puerta, él venía detrás pero para cuando llegó yo ya había entrado y cerrado. Apoyé mi espalda en la puerta y sonreí como una estúpida, realmente necesitaba estar con Zayn.
Miré la hora en mi reloj, aún faltaban cinco minutos para que llegase Jamie. Fui hacia las escaleras para subir y secarme un poco ya que estaba empapada.
-Eh
Me giré de golpe y me encontre con la cara de Jamie a escasos milímetros de la mía.
-Dios Jamie, que susto me has dado ¿qué haces aquí tan pronto?
-¿Ese era Zayn?
Su voz era firme y seca. Una pregunta comprometida, hecha sin rodeos, sin piedad, directa, yendo al grano.
-Bueno... Em...
-Era él -Dijo decepcionado
-Bueno Jamie es que...
-¿Es que qué? ¿Le vas a perdonar tan fácilmente? ¿Vas a olvidar todo lo que te ha hecho pasar?
-No, no le voy a perdonar tan fácilmente
-¡Pero si le has dado un beso!
-¡Un beso en la mejilla! ¡A cualquiera le das un beso en la mejilla!, cuando conoces a alguien le das dos y eso no significa nada
Me miró con desprecio y me echó a un lado para subir por las escaleras, me quedé quieta unos segundos y luego subí detrás de Jamie que se había metido en el desván.
-¿Jamie? –Dije intentando abrir la puerta – ¿Has echado el pestillo? –Empujé la puerta varias veces intentando abrirla. – ¡Jamie ábreme joder! –Jamie no me contestaba y estaba empapada así que me fui a cambiarme. –Está bien, no insisto más
Me fui al baño y después de una ducha rápida fui a la habitación de Jamie y me puse unos pantalones cortos y una camiseta ancha.  Volví a subir las escaleras del desván y el pestillo ya no estaba echado, entré con cuidado por si Jamie estaba dormido pero no le encontré.
-¿Jamie?
Parecía que no estaba y me dispuse a salir de la habitación.
-Estoy aquí arriba
Retrocedí y subí al tejado con su ayuda. Él se tumbó sin decir nada y yo hice lo mismo.
-¿Por qué no me has abierto?
-Me apetecía estar solo
-¿Mojándote en el tejado?
-Subí cuando paró
-Ah…
Otra vez callados. El cielo estaba fantástico, todo cubierto de luz, de estrellas.
-Siento haberte chillado Jamie
-Quizás… Quizás me lo mereciera, supongo que es tu vida, pero…
-¿Pero qué?
-Odio verte mal por él, odio lo que te hizo, odio que le perdones
-Todos nos equivocamos ¿no? Además, si no le importase, ¿Tú crees que se molestaría tanto en que le perdonara?
-Yo no engaño a una persona que me importa
-Y cuando quieres a una persona, ¿no le perdonas cualquier cosa?
-Supongo que sí, siempre y cuando se arrepienta de verdad
-Ahí lo tienes
-Sí… Pero aun así… No se lo pongas fácil ¿vale?
-Vale –Le dije sonriendo
-Y ahora vamos dentro que está empezando a correr aire
-Sí
Bajó primero Jamie y luego me cogió para ayudarme a bajar.
-Gracias
-Oye…
-¿Qué?
-Esa ropa… ¿no es mía?
-Como no me dejabas entrar no me iba a quedar desnuda
-Oh, no habría sido mala idea, la próxima vez me aseguraré de cerrar todas las habitaciones –Dijo riendo
-Mientras tú estés encerrado en una de ellas…
-Buenas noches pequeña –Dijo besándome la frente
-Buenas moches
Me tiré en la cama y cogí mi móvil para llamar a Louis.
-¿Quién llama?
-Hola Louis
-¡Andrea!
-Sí, Andrea
-¿No crees que me debes un par de…?
-Calla Louis, quiero verte
-¿Cuándo?
-Mañana, o…
-¿O?
-O ahora mismo, ¿puedes?
-¿Ahora? ¿Pero si son las once de la noche?
-Sí, ¿por qué no?
-Está bien, ¿Te recojo y damos una vuelta?
-Perfecto
-Hasta ahora Zanahoria
Colgué y me puse lo primero que encontré, fui a la habitación de Jamie y le dejé una nota en la almohada “Estoy con Louis. Besos, Andrea”. A penas había bajado al segundo piso cuando oí el claxon del coche de Louis. Corrí escalera abajo intentando no hacer ruido y salí de casa. Louis apenas había salido del coche cuando ya le estaba abrazando.
-Oh, yo también te echaba de menos –Dijo pasando su mano por mi cabeza –Vamos a meternos en el coche, no quiero que Jamie acabe conmigo –Dijo en un tono gracioso
Nos montamos en el coche y Louis arrancó. Nos alejamos un poco de la casa, no demasiado, lo suficiente, y Louis paró.
-¿Por qué no me cogiste el teléfono?
-No quería hablar con nadie
-¿Tanto te costaba?
-Bueno…
-¿Ni un mensaje diciendo que estabas bien?
-Es que no lo estaba
-¿Y ahora sí?
-Verás, hoy he estado con Zayn
No recuerdo a ciencia cierta el tiempo que tardé en contarle a Louis cada detalle de mi encuentro con Zayn, ni la cantidad de veces que le repetí la historia, no terminaba de creérselo pero cuando por fin le conté todo no le veía muy contento.
-¿Vas a volver con él?
-¿Crees que debería hacerlo?
-¿Qué más da lo que yo crea? Nunca me haces caso –Dijo sonriendo
-Pero me importa lo que pienses –Dije devolviéndole la sonrisa
-¿De verdad quieres saber qué pienso?
Asentí impaciente con la cabeza y Louis escupió las palabras que menos me esperaba.
-Creo que deberías estar con Niall

martes, 24 de abril de 2012

Capítulo 68.

Tardé en reaccionar unos segundos, pero finalmente pude decir algo.
-¿Qué haces aquí?
Me agarró impidiendo que me levantara pero me deshice de él.
-Déjame Zayn
-Está bien
Me levanté y él hizo lo mismo.
-Veo que sigues igual de patosa –Dijo con una sonrisa triste
-Hace unas semanas yo descubrí algo de ti que no sabía
-Déjame explicártelo –Dijo acercándose a mí
-No te acerques, ni me toques –Dije empujándole
Me puse detrás del mostrador y él se quedó en el otro lado.
-¿Qué haces aquí?
-Pasaba por aquí y tenía que comprar unas cosas
-Pues vete
-Si quieres no me escuches, pero aquí el cliente siempre tiene la razón y yo no me voy sin comprar, y sin que me escuches
-Lástima, dije mirando el reloj de mi muñeca, es hora de cerrar
Me di la vuelta y empecé a recoger mis cosas.
-Andrea, escúchame por favor
-¿Qué te escuche? Si apenas puedo mirarte a la cara –Susurré
-Pues no me mires, solo escúchame, dame la oportunidad de explicarte…
-De explicarme ¿Qué? Cualquier excusa es inválida
-Tienes razón, y no voy a darte excusas
-¿Y qué vas a hacer? –Dije girándome hacia él
-Pedirte que me perdones
-Fuera Zayn, no quiero oírte
-Está bien… -Dijo dándose media vuelta
-Espera un momento, ¿Y ese ojo?
Zayn tenía un ojo algo morado.
-¿Niall no te lo ha contado?
-¿Qué tenía que contarme?
Zayn se mordió el labio de abajo y tras pensarlo unos segundos habló.
-Ven conmigo y te lo cuento
Dudé unos segundos, ¿Debía ir con él? ¿Después de todo lo que había pasado?
-Andrea, no pierdes nada viniendo, además, tu turno ha terminado, ¿no?
-No –Dije cogiendo mis cosas y saliendo de la tienda
Zayn salió detrás de mí y fui a cerrar la persiana metálica pero estaba demasiado alta y no podía alcanzarla ni saltando.
-Deja que te ayude
-No me hace falta tu ayuda –Dije saltando
-¿No? Está bien, pues haber si lo consigues tú sola
Le miré mal y volví a mirar la persiana, Zayn tenía razón no podía hacerlo sola. Se mojó los labios, se acercó a mí y bajó la persiana con una facilidad asombrosa.
-Trae las llaves, ya cierro yo –Dijo cogiéndolas de mi mano
-Vale, ahora que has cerrado, déjame en paz –Dije mientras echaba a andar
-Me debes un favor
-¿Aún tienes la cara de pedirme un favor? –Dije sin dejar de andar
-Sí, la tengo, y no me importa perseguirte todo el tiempo que haga falta
-No, todo el tiempo que haga falta no, lo que tarde en llegar a casa –Dije entrando al parque
-Ah, ¿Y piensas irte a casa sin las llaves de la tienda?
Me toqué los bolsillos en busca de estas y efectivamente me las había quitado. Me giré bruscamente y fui a cogerle la mano pero la apartó rápidamente.
-Zayn, deja tus jueguecitos y madura
-¿Madurar yo? Y lo dice la que ni siquiera me da la oportunidad de hablar –Dijo serio
-Yo no soy la que se va besando con otras personas por ahí –Dije más seria aún
-Andrea…
-¿Así arreglas tú las cosas? No siempre tendrás unas llaves con las que chantajearme
-Tienes razón, no siempre, pero ahora sí
-Vale Zayn, gracias por todo –Dije marchándome y dejándole ahí
Tenía ganas de llorar, pero no, no podía mostrarle mi debilidad, ¿Pero cómo no mostrársela? Sí mi debilidad, era él.
Noté como se acercaba corriendo, se puso delante de mí haciendo que dejase de andar.
-Está bien, tienes razón, me estoy comportando como un niño, toma las llaves –Dijo mientras me agarraba la mano y me las daba –Pero por favor, dame la oportunidad de hablar
Una parte de mí se compadeció de él, la parte que le seguía queriendo, la parte que se había reconstruido solo con notar el contacto de nuestras manos.
Miré como su mano agarraba la mía y me aportaba algo de estabilidad ya que estaba temblando. Y mientras miraba nuestras manos vi que aún llevaba mi pulsera, y eso, eso empujó mis piernas y me hizo andar, y por un motivo que aún no conozco, lo hicieron sin soltar su mano.
Caminamos durante un rato y finalmente nos sentamos en un banco como el día que nos despedimos en Madrid.
-Me encanta estar de la mano contigo, pero me estoy clavando las llaves –Dijo sonriendo
-Oh, sí
Me solté la mano, cogí la llave y la guardé en mi bolsillo.
-¿Qué te ha pasado en el ojo?
-Digamos que tuve una pequeña discusión con Niall
-¿Os peleasteis?
-Sí
Ninguno de los dos miraba al otro, nos limitábamos a mantener la vista en la nada.
-¿Por qué?
-Porque fui un cabrón
-Sí, lo fuiste –Dije girándome hacia él
-Y no ha habido día que no me arrepienta, ni noche, te lo juro
-Por eso te cuesta mirarme a los ojos
Se giró hacia mí, y pude ver la tristeza en su rostro, lo cual hizo que me estremeciese.
-¿Por qué hiciste eso?
-¿Qué más da Andrea? Lo hice, y lo siento, y ojalá pudiera cambiarlo, pero no puedo
-No, no puedes –Dije levantándome del banco
-Por favor Andrea, no te vayas –Dijo cogiéndome la mano
-¿Y por qué me iba a quedar? –Le chillé con lágrimas en los ojos
-¡Porque aún me quieres, joder! –Dijo levantándose y apretando mi cabeza contra su pecho –Aún me quieres –Me susurró
-No, no te quiero, no te quiero –Le chillé mientras le golpeaba el pecho e intentaba deshacerme de él –No te quiero…
Me vi vencida, no podía más, no podía seguir golpeándole, no tenía fuerzas, dejé que mis manos se deslizasen hasta rodear su cuerpo y me abracé a él. Él me apretaba cada vez más fuerte contra su pecho mientras acariciaba mi espalda con la otra mano.
-Te quiero, nunca he dejado de hacerlo, nunca lo haré –Dijo besándome la frente –Y ahora siéntate aquí y tranquilízate
Estuvimos un rato callados, estaba apoyada en su hombro y el pasaba su mano por mi brazo mientras me abrazaba.
-Háblame de ella
-No
-¿Por qué?
-Porque no te quiero hacer más daño
-No podrías hacerme más daño
-Pues entonces, simplemente no quiero hacerte daño, Rose no significa nada
-¿Rose? ¿La de los mensajes?
-Sí, pero de verdad, no significa nada, ¿puedo proponerte algo?
Afirmé con la cabeza.
-Yo te sigo queriendo, y tú a mí también, porque sí no, ya te habrías ido, no te voy a pedir una respuesta ahora, pero yo quiero estar contigo, piénsalo
Fui a hablar pero puso un dedo en mi boca haciéndome callar.
-No digas, nada, vamos a comer algo
Se levantó y tiró de mi mano. Caminamos durante un buen rato hasta que llegamos a un McDonald’s. Nos sentamos en una mesa apartada, situada en el fondo para intentar pasar desapercibidos. Pedí la comida para evitar que la gente de la fila viese a Zayn, pagué y fui con él.
-Eh, mira eso
Me giré y al no ver nada volví a mirarle y me tiró el papel de su pajita soplándolo.
-Estate quieto, no seas niño –Le dije seria
-Lo siento –Dijo pensando que me había molestado
Cogí mi pajita e hice lo mismo y los dos nos reímos. Estuvimos toda la tarde allí metidos pero ya se estaba haciendo tarde y yo tenía que llegar a casa antes que Jamie. Salimos del McDonald’s y estaba lloviendo a mares.
-¿Y ahora qué hacemos? –Me preguntó desde la puerta
-Corre –Dije cogiéndole la mano
-Pero ¿y mi pelo?
-Ya se ha estropeado, lo siento –Dije despeinándole
Corrimos durante unos quince minutos, el McDonald’s estaba algo lejos de mi casa y ya eran las diez menos cuarto, tenía que estar antes de las diez, que era cuando llegaba Jamie.
-¡Corre más rápido Zayn!
Finalmente llegamos a mi casa.
-¿Vives aquí? –Dijo chillando
-Sí, y ahora vete o Jamie te matará
-¿Después de todo lo que me he mojado no vas a darme ni un besito?

jueves, 19 de abril de 2012

Capítulo 67.

Me acerqué despacio a la ventana y vi como Niall me sonreía y tocaba su guitarra mientras cantaba “Lucky”, exactamente igual que el día que nos perdimos en el bosque. Mis piernas echaron a correr escalera abajo antes de que mi cerebro les diese permiso para ello. Abrí la puerta de la calle y Niall me recibió con los brazos abiertos.-¿Qué haces aquí?
Le abracé fuerte y él hizo que mis pies descalzos dejaran de tocar el suelo.
-He venido a verte
-Pero ¿Y tu familia? ¿Y los chicos?
-¿Qué te parece si me dejas pasar y te lo cuento todo? –Dijo haciendo que me despegase de él
-Claro, ven
Le cogí de la mano y subimos las escaleras. En un momento Niall había conseguido subirme el ánimo.
-¿Ahora duermes aquí? –Preguntó extrañado
-Sí
-¿Y Perro?
-Las chicas se lo han llevado a España, digamos que la convivencia entre él y Nuria no era agradable, además, Amira es alérgica a su pelo
-Oh, que lástima... ese perro me caía bien
-Normal, tú lo bautizaste
-Dije haciéndole reír
Se sentó en la cama y se quitó la guitarra mientras yo me sentaba en el suelo. Estaba bastante colorado y sus ojos se veían más azules de lo normal. Hacía bastante tiempo que no le veía desde tan cerca.
-Bueno, cuéntame
-Ah, sí –Dijo tumbándose en la cama y poniendo sus manos debajo de su cabeza –El caso es que quería estar contigo
-¿Y tu familia?
-Comí con ellos
-¿Y tus amigos?
-Cené con ellos
-¿Y los chicos?
-Desayuné con ellos
-Pero Niall… Es tu día y deberías pasarlo con ellos
-Y he pasado el día con ellos
-Pero…. ¡Además no tengo regalo!
Niall levantó la cabeza y me miró con cara rara.
-¿Regalo? Estar aquí contigo es el mejor regalo
-Gracias Niall
-Bueno, ¿Y tú cómo estás?
-Bien –Dije mirando al suelo
Niall se acercó a mí y me levantó la barbilla
-¿En serio estás bien? Porque te ves horrible, ¿cuánto llevas sin dormir?
-Un par de noches
-¿Un par de noches? ¿Tengo cara de tonto o algo? A mí no me mientas
Una lágrima resbaló por mi mejilla, Niall tenía razón, estaba horrible, no dormía nada desde hacía bastante.
-Ei, ei, ei… -Dijo bajando al suelo conmigo –No llores, por favor
-¿Quién sabe lo de Zayn?
-Todos
-¿Todos?
-Sí
Levanté la cara y pude ver un pequeño corte en el labio de Niall.
-¿Y esto?
-No es nada
-Niall
-En serio, es una… ¡Calentura! Eso es, además no me duele
Apreté la herida con mi dedo índice y él echó la cara hacia atrás apretando los dientes.
-Con que no te duele ¿eh?
-Ya…
-Dime una cosa, ¿Tiene algo que ver con Zayn?
-No –Dijo apartando la mirada
-Vale, ahora dímelo mirándome a los ojos
-No ha tenido nada que ver con Zayn –Dijo mientras giraba la cara lentamente hacia mí
-Está bien
-Bueno, creo que tendría que irme a casa –Dijo besándome la cabeza
Se levantó lentamente y se colgó la guitarra.
-Pero… ¿Quieres quedarte?
-No creo que sea lo mejor, James no quiere que ningún chico esté a menos de 1 kilómetro de ti –Dijo riendo
-Quédate, por favor –Le dije levantándome
-Está bien, pero mañana a primera hora me voy, no quiero causarte problemas
-Gracias
-Pero, no tengo pijama y… Suelo dormir en calzoncillos
-¿Solo con los calzoncillos? ¿En serio?
-Si
-Te llevarías bien con Jamie
-Sí, si no le hubiese pintado los labios –Dijo riendo
Abrí la cama y Niall se metió en el lado que daba a la pared, eché el pestillo a la puerta por si Jamie se despertaba antes de tiempo, y yo también me metí en la cama.
-Louis está preocupado por ti
-Lo sé
-Y Liam
-Ya…
-E incluso Harry, dice que podría seducirte y luego ganarte a la play
Me reí, hacía bastante que no me reía así, y esa sensación era… Era capaz de hacerme sentir mucho mejor.
-Que siga soñando -Le dije
-Es bonito
-¿El qué?
-La manera que tiene la luz de la luna de entrar por la ventana

Unos golpes en la puerta, unos gritos controlados y un sol cegador me despertaron. ¿GRITOS? ¿NURIA Y PATRICIA? Me levanté sobresaltada y vi que ya era de día.
-¡Andrea! ¿Estás bien? ¿Por qué has echado el pestillo?
-Em… eh… pues… sí, estoy bien
Tiré del brazo de Niall hasta sacarle de la cama y cuando iba a quejarse le tapé la boca.
-Abre la puerta Andrea
-Un momento Jamie, estoy en ropa interior
Niall entendió la situación, nos habíamos dormido. No sabíamos que hacer y sólo dábamos vueltas por la habitación, le hice un gesto a Niall con el dedo indicándole que subiera al tejado y él fue a meterse debajo de la cama, cogí su ropa y la tiré por la ventana que daba al tejado y Niall me echó una mirada asesina.
-Oh, esta me la pagarás –Susurró mientras subía por la ventana
Niall se vistió en el tejado, bajó a toda prisa, me hizo un último gesto en signo de que me llamaría y salió corriendo.
-Ya abro, no te impacientes
Abrí la puerta y Jamie me arrolló con el desayuno, lo puso en mis piernas y se agachó rápidamente para mirar debajo de la cama.
-¿Jamie? ¿Qué haces?
Se levantó lentamente y se sentó en la cama. “Menos mal que no le dejé a Niall esconderse ahí” pensé para mis adentros.
 -Venga, quiero que te lo comas todo –Dijo Jamie cambiando de tema
-Pero Jamie
Antes de terminar la frase Jamie ya me había metido una tortita en la boca, y así una tras otra.
-Tienes que comer más, que te ves…
-Horrible, lo sé –Dije riendo
-Pero tranquila, cuando comas y duermas un poco se te quitará, o quizá no, pero hay que intentarlo –Dijo riendo
No pude defenderme ya que cada vez que abría la boca Jamie me metía algo de comida o el vaso de zumo.
-Muy bien campeona, y ahora me voy a trabajar, que me toca todo el día
-¿Pero no habías quedado ahora?
-Mierda, es verdad –Dijo echándose las manos a la cabeza
-Pues vete, y trabajo yo
-¿Todo el día?
-Sí
-No
-Bueno, pues hasta la hora de comer
-Está bien, muchas gracias –Dijo dándome un beso en la mejilla y llevándose el plato de comida
Salió por la puerta y asomó la cabeza para decirme:
-La próxima vez, dile a Niall que coja la guitarra
Me guiñó un ojo y yo me quedé desconcertada.
Iba por la calle con un paso bastante ligero ya que tendríamos que haber abierto la tienda hacía media hora. Miré hacia los lados como Jamie me había indicado para evitar que me sobresaltase alguien con malas intenciones, metí la llave y abrí. Le di la vuelta al cartelito indicando así que habíamos abierto y me senté a esperar que alguien entrase.
Niños pidiendo chuches, abuelas comprando caramelos, jóvenes buscando revistas… La mañana pasó rápido y cuando me quise dar cuenta quedaban quince minutos para cerrar, Jamie había sido claro, "A en punto, sales de allí y vuelves a casa, de lo demás me encargo yo." La idea de que yo trabajase no le gustaba nada pero había que hacerlo. Empecé a recoger las cosas, cogí las escaleras para colocar unas revistas en su sitio y resbalé haciendo que la escalera volcase.
-¡Cuidado!
Después de esas palabras, noté como caía encima de alguien y los dos acabábamos en el suelo.

lunes, 16 de abril de 2012

Capítulo 66.

Jamie me miró y yo negué con la cabeza en señal de que no se asomase por la ventana. A los diez minutos dejaron de decir mi nombre y me relajé, temía que fuese Zayn.
-Parece que ya se ha ido –Dijo Jamie pasándose la mano por la nuca
Resoplé con tranquilidad aunque esta se esfumó en apenas unos segundos cuando vi como alguien golpeaba el cristal de la ventana que daba al tejado. Jamie se levantó de la cama y abrió la ventana, acto seguido Louis bajó de un salto. Se quedó paralizado mirándome los vendajes.
-Bueno, yo me voy a dar una vuelta –Dijo Jamie mientras me besaba la frente –Cualquier cosa, me llamas
-Está bien, gracias
-¿Qué te ha pasado en las muñecas?
-Nada -Dije mientras me bajaba las mangas del pijama
Louis puso una cara seria.
-Vale, ahora dime la verdad
-He perdido el control, un poco
-¿Un poco?
Una lágrima resbaló por mi mejilla, luego otra, y así perdí la cuenta de todas las pequeñas porciones de dolor que surcaban mis mejillas. Louis me abrazó fuerte y me tumbé apoyando la cabeza en sus piernas.
-Andrea, estás ardiendo –Dijo mientras ponía una de sus manos en su frente y la otra en la mía
-¿Qué?
-Creo que tienes fiebre
Me puso el termómetro y efectivamente tenía fiebre, me hizo tomarme una sopa caliente y luego me dio una pastilla. Me obligó a tumbarme en sus piernas para controlarme la fiebre y de vez en cuando me cantaba algún trozo de una canción.
-He estado hablando con Zayn
-No
-¿Qué?
-No le nombres, por favor
-Pero Andrea...
-Louis, me apetece estar sola –Dije incorporándome.
-No
-Louis, es mi decisión, además, ya me encuentro mucho mejor
Mentí, me encontraba fatal, era poner un pie en el suelo y marearme pero no quería hablar de Zayn.
-Solo me iré si prometes tener el móvil encendido
-Pero…
-No hay peros
-Está bien
En ese momento Jamie entró en la habitación.
-Llegas en un buen momento, no quería dejarla sola
Jamie sonrió y Louis me dio un gran abrazo, un tierno beso en la frente y salió de allí mirando al suelo, se notaba que estaba triste. Jamie le acompañó a la puerta y yo tuve unos minutos para reflexionar sola.
-Me ha dicho Louis que tienes fiebre
-Bueno, ya me está bajando, pero estoy muy cansada
-Entonces duérmete –Dijo mientras salía al pasillo
-¿Tú qué vas a hacer?
-Voy a dormir aquí, no quiero que pases la noche sola y menos estando enferma, y ahora duérmete, que es tarde
Jamie había traído el colchón a la habitación y yo estaba tan cansada que no me apetecía oponerme y tardé poco en dormirme.


Sonó el despertador y la cara de Jamie se asomó por la puerta.
-¡Buenos días!
-Hola –Dije mientras me frotaba los ojos
-Bueno, hoy es el día
-¿El día?
-Sí, el día que vas a salir a la calle, que ya es hora
-Si te digo la verdad no me acuerdo de cuando fue la última vez
-Llevas doce días y veintiuna horas encerrada aquí -Dijo mirando su reloj
Me entristecí un poco, no me gustaba estar así, pero cuando estaba mal lo que más me apetecía era recluirme, estar sola, encerrada. Desde el día de la cafetería no había visto a nadie que no fuese Jamie, Louis vino a verme todos los días pero no me sentía con el ánimo suficiente para recibir visita y él se volvía a ir. De hecho todos los chicos pasaron por casa, todos menos Zayn. Pero ninguno llegó a entrar, le di órdenes estrictas a Jamie para que no les dejara pasar, todos me recordaban demasiado a Zayn y eso me hacía estar bastante mal. Todas las noches tenía la misma pesadilla, Zayn y la pelirroja besándose y yo tirada en el suelo llorando. Hacía bastante que no dormía bien, mi aspecto podía corroborarlo.
-¿Por qué se supone que tengo que salir?
-Ya sabes, trece de septiembre, cumpleaños de Niall, vuelo a Irlanda
En ese momento mi móvil empezó a sonar, era Niall.
-¿Sabes cuántos días llevo intentando contactar contigo?
-No…
-Doce días
-Y veintiuna horas…
-¿Qué?
-Felicidades, y lo siento
-¿Por qué?
-No voy a ir a Irlanda
-Lo suponía –Dijo algo triste – ¿Cuándo vas a salir de la madriguera?
-Quizá me quede aquí para siempre
-No puedes hacer eso
-¿Por qué?
-Porque yo te necesito aquí… Y si tú no estás aquí, me vas a obligar a invadir tu madriguera
-No, y menos hoy, tienes que estar con tu familia, ellos necesitan estar tiempo contigo
-Creo que tú lo necesitas más
-Niall, felices diecinueve, pásalo genial, con tu familia, con tus amigos, yo... –Jamie se dio cuenta de que necesitaba estar un rato sola y salió de la habitación –Yo no puedo ir
-¿Por qué?
-Por muchos motivos
-¿Cómo por ejemplo?
-Que estará Zayn
-Pero
-Lo siento, ahora tengo que colgar, pásalo bien, te quiero mucho
Colgué, no quería discutir con Niall, y no quería que se sintiera mal. Jamie entró a la habitación y se sentó a mi lado al verme triste. Cogí un cigarro y me lo encendí.
-¿A primera hora de la mañana? ¿En serio?
Me encogí de hombros y le di otra calada al cigarro, el tabaco me había ayudado a relajarme esos días.
-No fumes
Al ver que le ignoraba cogió la cajetilla, sacó un cigarro y se lo encendió. A penas le duró unos segundos en la boca, la primera calada le machacó el pecho y le dio un agresivo ataque de tos, lo que hizo que esbozase una pequeña sonrisa.
-Dios, ¿Cómo puedes fumar? Es repugnante –Dijo apagando el cigarrillo en un cenicero lleno de colillas
-Pues ya lo ves
-Bueno, voy a trabajar
-¿A la tienda?
-Sí
La tienda era el pequeño negocio familiar, Nuria y Amira encontraron trabajo de camareras, Pat era periodista y Jamie y yo nos dedicábamos a la tienda aunque yo aun no había trabajado.
-Está bien, ¿Cuándo empezaré yo?
-No te preocupes por eso, te he dejado el desayuno en el salón y la comida ya está preparada, hasta esta noche no volveré
-Vale
Me dio un beso y cuando fue a salir por la puerta retrocedió y me tendió el cenicero para que apagase el cigarro, y así lo hice.
Pasaron las horas, los días que Jamie trabajaba se me hacían tristes, Jamie era la poca felicidad que tenía en esos momentos. Había hablado con las chicas un par de veces aunque no me había atrevido a contrales lo que había pasado porque sabía que si lo hacía en hora y media las tendría en la puerta de nuestra casa, o mucho peor, en la de la casa de Zayn.
Llegó la noche, y con esta, Jamie, pero llegó demasiado cansado y enseguida se metió en la cama por lo que volví a quedarme sola. Vi la tele un rato y subí al desván, me mudé allí, me sentía bien, me aislaba del mundo, cogí mi móvil y por primera vez en estos días miré los mensajes de Zayn. No pude reprimir las lágrimas, le echaba mucho de menos, le quería demasiado. Necesitaba que me diese el aire pero era demasiado de noche como para salir a la calle sola así que me subí al tejado. Estuve bastante rato allí, había una luna llena enorme que brillaba con una fuerza que incluso llegaba a hacer daño si la mirabas fijamente durante mucho tiempo. Entré en la habitación y en ese momento me llegó un mensaje “Asómate a la ventana.”

jueves, 12 de abril de 2012

Capítulo 65.

La poca iluminación que había y la hinchazón de mis ojos me impedían ver con claridad, pero el chico cada vez estaba más cerca, corría hacia mí, iba con unos pantalones de media rodilla para hacer deporte y llevaba una chaqueta con la capucha puesta, seguramente vendría de hacer footing. Me levanté para poder verle mejor y cuando vi su cara corrí hacia él, necesitaba un abrazo y hacía bastante que él no me daba uno. Se paró confundido al ver que corría hacia él y antes de que pudiese reconocerme ya había rodeado su cuello con mis brazos.
-¿Andrea? ¿Qué ocurre? –Me preguntó chillando
La lluvia era uno de los factores que hacía que no nos escuchásemos con claridad por lo que nos obligaba a chillar en medio de la carretera.
-Andrea, tranquilízate –Dijo retirándome de su pecho y cogiendo mi cara entre sus manos -¿Te has visto? Estás empapada, vamos a casa. Espera ponte esto, está algo mojado pero bueno
Se quitó la chaqueta y se quedó con una camiseta de manga corta.
-Gracias Jamie
Pasó su brazo por encima de mi hombro y me empujó rápidamente hacia la casa.
-¿No tienes llave?
Negué con la cabeza.
-Joder –Dijo mientras se metía las manos en los bolsillos.
-¿Tú tampoco?
-He debido perderla, pero tranquila, aquí está la de repuesto
Levantó un pequeño ladrillo que había en el suelo y sacó la llave. Abrió la puerta y yo fui la primera en entrar, estaba calada hasta los huesos. Me giré y le abracé con todas mis fuerzas, nuestra ropa estaba empapada y las camisetas se pegaban.
-¿Qué ha pasado?
-Za… Zay…
Las lágrimas no me dejaban hablar, tenía esa sensación que experimentas cuando acabas de dejar de llorar y alguien te abraza fuerte, entonces todas las lágrimas que habías reprimido con trabajo se liberan, así, como si nada, se te escapan y eres incapaz de controlarlo, de hacerlo parar.
-Si no te tranquilizas no te entiendo
No sabía que decir, deseaba con todo mi alma contarle lo que había pasado, pero las palabras no me salían, solo podía limitarme a llorar y esperar un milagro que hiciese que me entendiera.
-Está bien, vete a quitarte un poco la ropa mojada, voy a prepararte un baño
-Pero…
-Calla, vas a caer enferma
Asentí con la cabeza y subí las escaleras. Estaba tiritando, me metí en la habitación para quitarme la ropa. Era complicado, porque no sólo me temblaba el pulso sino que la ropa se me había adherido al cuerpo. Finalmente conseguí quitármela, me puse el albornoz, encendí el tmóvil y esta vez si funcionaba, lo guardé en el bolsillo del albornoz y fui hacia el baño, eché el pestillo y mientras me limpiaba algunas lágrimas me di cuenta de que Jamie había llenado la bañera hasta arriba, tanto que incluso me daba miedo que al meterme se desbordara. Metí con cuidado la punta del pie y noté como el calor se propagaba fugaz por mi cuerpo, como al encender la pólvora de un petardo, la mecha prende y en un abrir y cerrar de ojos ¡ZAS! Lo único que queda es humo y polvo.
Perdí la noción del tiempo, no sabía cuanto tiempo llevaba ahí metida, llorando y maldiciéndome pero el agua ya estaba fría y mi piel estaba arrugada. Quité el tapón y salí de la bañera, me puse la toalla y cuando estaba más o menos seca me empecé a vestir.
-Andrea, ¿Te queda mucho?
-No, enseguida salgo
Dejé que mi espalda, apoyada en la pared, resbalara hasta hacerme tocar el suelo. Volví a llorar, a derramar mis lágrimas por Zayn, ya había perdido la cuenta de las veces que había llorado por él, sin duda, más que por cualquier otra persona. Me levanté poco a poco, no quería que Jamie se preocupara. Colgué la toalla y cogí el albornoz, entonces el móvil cayó al suelo y me agaché a recogerlo. Miré tímida la pantalla y lo vi que Zayn me estaba llamando, la ira recorrió mi cuerpo tiré el móvil contra el suelo, le pegué patadas hasta que lo perdí de vista, me apoyé en el lavamanos y comprobé lo deteriorada que estaba, tenía los ojos tan hinchados que me costaba abrirlos y la cara la tenía roja, pero eso no era lo más importante, me estaba viendo por dentro, estaba viendo como una a una las mariposas de mi estómago iban pasando a ser murciélagos, como cada sentimiento relacionado con Zayn se escapaba, como todo los colores vivos, se convertían en negros y grises. Miraba mi reflejo con una mezcla de asco y desprecio y no podía evitar golpear con mis manos el cristal, no veía la sangre correr por mis muñecas, no oía los gritos de Jamie, ni sus amenazas por tirar la puerta abajo, lo único que oía era la risa de Zayn en la cafetería, y lo único que veía era el beso, ese beso que había echado abajo todo lo que yo había construido. De repente sentí como las piernas me fallaban y el cansancio me podía, me dejé caer en el suelo y sentada quité el pestillo y abrí la puerta con alguna dificultad, Jamie entró como un rayo y se echó las manos a la cabeza.
-¿Qué has hecho Andrea?
No le podía contestar, me mantuve inmóvil, no movía ningún músculo, lo único que hacía era respirar y porque no tenía la fuerza necesaria para dejar de hacerlo. Jamie abrió el botiquín y sacó mil cosas. Empiezó a desinfectar las heridas con cuidado, para lo grandes que eran no me dolían demasiado.
-¿Qué ha pasado Andrea?
-Llévame lejos, por favor
Dejé que mi cabeza cayera sobre su hombro
-¿Lejos?
-Sí, quiero estar sola, y ahora vendrán las chicas y…
-¿Las chicas? Pero si están en España
Cierto, que fallo, no me acordaba de eso. Las chicas habían ido a ver a sus familias y se habían llevado a Patricia, yo me quedé a esperar a Zayn y…
-Venga, vamos al desván
Sin darme cuenta Jamie me ha vendado desde la punta de los dedos hasta pasada la muñeca. Me besó la cabeza y me abrazó con fuerza mientras subíamos al desván. Nos sentamos cada uno en una de las camas, era incapaz de mirarle a los ojos, algo dentro de mí hacía que me avergonzara de lo que había hecho.
-¿Qué ha pasado?
Cogí aire despacio, no quería llorar. Poco a poco se lo conté todo, de vez en cuando se me iba la voz y me daban ganas de tirarme al suelo y patalear pero mantuve la compostura, y al final del relato la cara de Jamie me transmitió desprecio. De repente se levantó bruscamente y cogió la chaqueta.
-¿Dónde vas? –Le pregunté desconcertada
-A buscarle
Me levanté de un salto y me puse delante de él impidiéndole salir, no me quité de enfrente suyo, apoyé cada una de mis manos en un lado de la puerta e imité sus pasos.
-Quítate Andrea
-No
Forcejeamos un poco y en un acto reflejo me agarró las muñecas y no pude evitar emitir un sonido en signo de dolor.
-Lo siento lo siento lo siento
Apreté fuerte los dientes y le empujé dentro de la habitación. Nos sentamos en la cama y me abrazó fuerte, me reconforta saber que le tenía ahí para lo que necesitase. De repente oímos como golpeaban fuertemente la puerta de la calle y gritaban mi nombre a los cuatro vientos.

domingo, 8 de abril de 2012

Capítulo 64.

En una de las mesas del fondo, había un chico al cual no podía verle la cara porque una chica le tapaba. Pero eso no fue lo que me puso nerviosa, sino la pulsera que llevaba en su muñeca. Esa pulsera me era más que familiar, estaba casi segura de que ya la había visto, de que la había tocado, de que había sido yo la que la había atado a esa muñeca.  Miré hacia atrás y vi que Louis seguía hablando por teléfono mientras me buscaba con la cabeza, volví a mirar hacia la mesa y pensé “No puede ser él.” Di media vuelta y cuando apenas había dado un paso escuché esa voz, su voz. Me giré de golpe, el corazón se me puso a cien por hora, no tuve tiempo para pensar, mi corazón actuó y movió los músculos necesarios para hacer que me aproximase a la mesa. Cada paso hacía que estuviese más nerviosa, que mi respiración se entrecortase más, que mi corazón golpease más veces mi cavidad torácica. Estaba a unos pasos de la mesa y en ese momento vi que tenía razón, era Zayn. Estaba cogido de la mano con una pelirroja a la que en ese momento me habría gustado dejar calva. No podía articular palabra, no sabía que tenía que decir o hacer. Y mientras yo me comía la cabeza pensando, poco a poco ella se acercaba a él, hasta que hizo que sus labios se juntasen. Un escalofrío  sacudió cada vértebra de mi columna y unas lágrimas de dolor se deslizaron por mis mejillas, quería irme, salir de allí, huir. Me froté los ojos y me di la vuelta sin mirar por donde iba, lo que hizo que tirase a Matt al suelo y que nos cayésemos los dos. Intenté ayudar a Matt a recoger lo que se había caído pero las lágrimas me nublaban la vista y se me hacía difícil ver algo. Todo el mundo en la cafetería se giró hacia nosotros, incluidos Zayn y la chica con la que estaba. Zayn se levantó y se acercó hacia a mí para ayudarme a levantarme.
-No me toques –Dije levantándome sola y haciéndole ascos
No quería quedarme y montar un numerito.
-Pero Andrea, deja que te explique
-Me das asco –Le dije mientras andaba hacia atrás
-Pero…
No quería aguantarlo más, no podía. Me fui de allí, salí corriendo, hui como una cobarde, una cobarde que estaba rota por dentro, que acababa de perder el corazón.
Cuando salí por la puerta vi como Louis y Zayn se chillaban, no pude ver con mucha claridad lo que pasaba ya que veía bastante borroso y sólo miré durante unas décimas de segundo. 
Miré hacia atrás, ya había corrido bastante, ya estaba lejos, ya estaba segura, nadie me seguía, me senté en la acera y la gente me miraba raro, y era algo que me incomodaba por el simple hecho de que al tener relación con los chicos podían reconocerme.
Me levanté despacio, giré la cabeza y vi a Zayn mirando hacia los lados buscándome, volví a correr, no quería estar con él, me había destrozado, estaba agujereada como un colador. Las lágrimas en los ojos no me estaban dejando ver por donde iba y de repente alguien agarró mi mano y me impidió correr. No quería girarme, no quería que fuese Zayn, ni escuchar lo que me decía, ni tocar su piel.
-¿Andrea?
Esa voz, esa voz no era la de Zayn, era la de Niall.
Me giré de golpe y le abracé bruscamente, estaba muy nerviosa y no podía parar de llorar.
-Andrea ¿Qué te pasa?
-Niall por favor, escóndeme, ya viene
-¿Quién viene?
-¡NIALL!
-Está bien
Tiró de mi brazo y nos metimos en un estrecho hueco entre dos edificios,  los dos estábamos con la espalda apoyada en una de las paredes, uno enfrente de otro, a penas unos centímetros nos separaban, y no porque nosotros quisiésemos, sino por el poco espacio que había entre una pared y otra.
Me asomé un poco y vi a Zayn acercándose a donde estábamos, por suerte él no me vio.
-Ya viene
-¿Quién viene?
Puse mi dedo índice en los labios de Niall mientras las lágrimas corrían libres por mis mejillas, Niall asintió con la cabeza y yo me sequé la cara con la manga.
Oímos como alguien venía corriendo y Niall se aproximó a mí, ya que yo estaba en el lado de la pared en el que era más difícil que nos viera, los dos miramos esperando a que pasase Zayn y cuando lo hizo, Niall se quedó algo desconcertado.
-¿Zayn? ¿Huyes de él?
Apoyé mi cabeza en el hueco que había entre el hombro y el cuello de Niall mientras colocaba mis manos alrededor de su cuerpo para abrazarle. Debió entender que no podía hablar, no en ese momento y pasó suavemente sus manos por mi espalda.
-Quizás no es el mejor momento para decírtelo pero ¿Sabes a qué me recuerda esto?
Negué con la cabeza y el siguió susurrándome al oído. Hablaba muy bajito y eso me calmaba bastante.
-A Mallorca, al día que te conocí, a tu mano en mi pecho, sintiendo mi corazón, sintiendo los latidos que me hiciste sentir y… Es bonito
Sonreí y le besé la mejilla lentamente.
-Gracias Niall, de verdad…
-¿Quieres que damos un paseo y me cuentas que ha pasado?
Asentí con la cabeza y me limpié las lágrimas, Niall me besó la frente y puso su brazo por encima de mis hombros haciendo que nuestros cuerpos estuviesen muy cerca y proporcionándome una seguridad psicológica que en ese momento necesitaba más que cualquier otra cosa.
Caminamos un rato en silencio, ninguno de los dos sabía muy bien como empezar la conversación sin hacer que fuese muy incómoda. Me paré y saqué el móvil del bolsillo, tenía llamadas y mensajes de Louis, de Zayn y de Matt, lo apagué, ni podía ni quería contestar nada, ni siquiera leer. Niall se paró a esperarme y cuando me acerqué a él me agarró fuerte la mano, parecíamos novios, ¿Y si lo hubiéramos sido? ¿Y si en vez de elegir a Zayn hubiese elegido a Niall?
-¿Quieres que nos sentemos ahí? –Dijo señalando el mismo banco donde estuvimos el día anterior
-Sí
Cogí aire, iba a necesitarlo para contarle a Niall todo lo que había pasado. Nos sentamos y Niall esperó unos minutos en silencio, sabía que yo hablaría cuando pudiese hacerlo y no me quería presionar. Poco a poco me tranquilicé y empecé a hablar pero no pude evitar estallar nuevamente y Niall me abrazó y me besó la cabeza.
-Tranquila, yo estoy aquí, si no quieres hablar, no hay problema
-Es que no puedo Niall… De verdad, necesito irme a casa
-Vale, pero te acompaño
-Quiero estar sola Niall
-Pero…
-En serio, gracias por todo, pero lo necesito
-Está bien
-Y bueno, pregunta a Louis… O a Zayn
-Lo haré
Nos levantamos del banco y no sabíamos muy bien que hacer, ¿Dos besos? ¿Uno? ¿Un abrazo? ¿Un apretón de manos?
-Bueno…
No me dejó terminar, se tiró encima de mí y me abrazó, luego me besó la frente con una ternura que yo nunca había experimentado, volvió a darme un abrazo, pero esta vez de esos que duelen, de esos que te dan la sensación de que te van a partir la espalda y se quedó allí mirando como me iba.
Estaba bastante lejos de casa y eso me dio tiempo para pensar, ¿Y qué es lo que haces cuando piensas? Buscas, ¿Y cuándo buscas? Encuentras, ¿Y qué es lo que encuentras? Cosas negativas, contras, defectos, problemas, obstáculos… DOLOR.
Llegué a la puerta de casa, me limpié las lágrimas que aun me quedaban, no había comido desde el desayuno y ya eran las cinco de la tarde pero aun así no tenía hambre. Me pesaban los párpados y me notaba la cara hinchada. Saqué la llave de bolso y la metí en la cerradura, no atinaba, no conseguía abrir la puerta, el pulso me temblaba, estaba nerviosa, menos que antes pero aun así, muy nerviosa. Resoplé y me eché las manos a la cara, me froté las manos en el pantalón, a parte de estar nerviosa las tenía bastante sudadas y eso no ayudaba en absoluto, fui a meter la llave y me di cuenta de algo.
-Joder, si esta no es la  llave de casa
Abrí mi bolso y busqué las llaves, nada, me las había dejado en casa, pero la llave que tenía en la mano no sabía de qué era, la guardé en el bolso, estaba segura de que más tarde me acordaría. Llamé al timbre, no había nadie, ni Pat, ni Nuria, ni Amira ni James, nadie. Saqué el móvil e intenté encenderlo pero no funcionaba, me senté a esperar, una hora, dos, nadie aparecía y llovía a mares. Sentía como la lluvia y mis lágrimas se mezclaban. Las gotas de agua golpeaban mi cuerpo, al principio hacían daño pero luego dejé de sentirlo. Las calles estaban oscuras, apenas había la luz de un par de farolas encendidas antes de tiempo. De repente vi una silueta que se acercaba hacia mí corriendo.

miércoles, 4 de abril de 2012

Capítulo 63.

-Bueno, dispara
-He estado hablando con él
-¿Y? –Dije arqueando las cejas
-De ti
-¿De mí?
-Sí
-¿Y qué habéis dicho?
-Te quiere
-Pero
-Déjame terminar –Dijo interrumpiéndome –Cuando habla de ti… Le brillan los ojos, y sonríe de oreja a oreja, y cuando oye tu nombre se gira de golpe
-Ya…
-Yo no sé qué sentirá Zayn por ti pero Niall te quiere, mucho, además, es un chico que vale la pena
-Yo también le quiero mucho, e incluso a veces me hace dudar, pero lo que siento por Zayn… Lo que siento por él, no lo había sentido nunca por nadie
-¿Y no crees que a lo mejor deberías darle una oportunidad a Niall?
-No, por ahora no…
-Está bien, es tu decisión y hagas lo que hagas te vamos a apoyar
Me levanté de la silla y abracé a Patricia contra mi pecho, se había convertido en alguien muy importante para mí.
Después de horas hablando nos fuimos a la cama, la verdad es que yo no tenía nada de sueño, lo único que había en mi cabeza eran dudas e interrogantes, pero finalmente conseguí dormirme.
Y como cada mañana los gritos de Patricia y Nuria, estaban ahí para despertarme.
-Amira… -Dije con voz de dormida
-¿Qué?
-¿Por qué chillan a las siete de la mañana?
-¿Las siete? Son las diez
-¡¿Qué?!
Pegué un salto de la cama y me fui hacia el desván pero Niall ya no estaba, en ese momento Jamie abrió la puerta.
-¿Has visto a Niall?
-Se fue esta mañana a eso de las nueve
-Joder –Dije echándome las manos a la cabeza
-Voy a desayunar, ¿bajas?
-Ahora voy
-Está bien –Dijo sonriendo mientras salía de allí
Me tumbé en la cama, estaba muy cansada ya que apenas había dormido, me estiré y cuando me disponía a salir por la puerta un grito que venía de fuera me hizo retroceder.
-Llegar es fácil, llegar es fácil
Era una voz familiar usando un tono burlesco, me asomé a la ventana y tal y como me esperaba ahí estaba Louis.
-¡Louis!
Salí corriendo del desván y bajé a toda prisa las escaleras, por el camino me choqué con Nuria la cual se quedó refunfuñando y diciendo cosas que no pude entender. Abrí la puerta de la calle, bajé las escaleras y salté sobre Louis, el cual me esperaba con los brazos abiertos.
-¡Zanahoria!
-¡Louis!
-Te he echado de menos
-Y yo a ti
Le di un beso en la mejilla y él me dejó en el suelo.
-¿Dónde está Niall?
-En su casa, dice que esta mañana te dormiste
-Lo siento
-Discúlpate con él no conmigo –Dijo riendo
-Cierto
-¿Desayunamos fuera?
-Vale, pero como comprenderás tengo que vestirme
-Si en pijama estás muy… Es verdad, mejor cámbiate
-Tonto
Llamé al timbre pero nadie abría y lo único que se escuchaba eran los gritos de Patricia.
-¡Nuriaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Abre!
Volví a llamar al timbre en repetidas ocasiones.
-Espera Louis voy a golpear la ventana
-Vale
Nada más bajar las escaleras oí como la puerta se abría.
-Tú no te muevas que ya abro yo eh Nuria –Dijo Patricia quejándose – ¿Y quién eres tú?
-Hola soy Lo…Lou…Louis
Patricia y Louis se habían quedado parados uno enfrente de otro mirándose sonrojados.
-Pat Louis, Louis Pat –Dije yo metiéndome entre los dos
-Encantada
-Igualmente
-Bueno Louis, vamos
Cogí la mano de Louis y subimos corriendo a la habitación.
-Louis
-¿Qué?
-No te quedes de pie, siéntate en la cama
-Claro
Empecé a vestirme, Louis estaba bastante embobado mirando al suelo.
-¿Qué te pasa?
-¿Eh? No, nada
-Boo Bear… -Dije sentándome a su lado en la cama
-Es una tontería
-Bueno, pero luego me lo vas a tener que contar
-Está bien
-Voy a llamar a Niall
Cogí mi móvil y marqué el número de Niall.
-¿Sí?
-Lo siento, lo siento, lo siento
-No pasa nada
-¿En serio?
-Sí, sé que estuviste hablando hasta tarde con Patricia
-¿Cómo lo sabes?
-Porque os oí
-Exactamente ¿Qué fue lo que oíste?
-Lo que necesitaba oír
-¿Puedes concretar?
-Oí que te hago dudar
-¿Necesitabas oír eso?
-Sí, era la motivación que me faltaba para seguir luchando por ti, era la prueba de que hay una mínima posibilidad, pero tranquila, no quiero presionarte, y ahora haz caso a Louis que luego me regaña
Niall colgó, sus palabras me dejaron bastante desconcertada, ni Pat ni yo nos habíamos dado cuenta de que Niall estaba allí.
-Bueno, vámonos ¿no? –Dijo Louis levantándose
-Claro
Íbamos bajando por las escaleras cuando nos encontramos a Amira.
-Louis ¿Qué tal? –Dijo mientras le daba dos besos
-Muy bien ¿Y tú?
-Bien
-Amira, vamos a desayunar por ahí, ¿vienes?
-No, seguro que tenéis muchas cosas de las que hablar
-Está bien
El siguiente con el que nos encontramos fue Jamie, se dieron la mano y se presentaron, ya solo quedaban Nuria y Patricia las cuales estaban en la cocina discutiendo.
-Oh no, ¡Es Nuria! –Dijo Louis gritando
-Volvemos a vernos, zanahoria –Dijo Nuria mirándole seria
-Bueno, dejar las peleas para otro momento que ahora tenemos que irnos –Dije sacando a Louis de la cocina
Salimos de la casa y empezamos a andar, al poco rato llegamos a una cafetería a la que Jamie y yo habíamos ido varias mañanas. Había un camarero majísimo y servían unos desayunos exquisitos.
-Llevo un montón de tiempo en Londres, y nunca había entrado a esta cafetería –Dijo Louis sentándose
-A partir de ahora no querrás ir a otra –Le dije riendo
En ese momento el camarero se acercó a nosotros.
-Hombre Andrea, llevabas un par de días sin venir
-Hola Matt, es que he estado un poco liada –Dije mientras le daba dos besos –Este es mi amigo Louis
-Encantado –Dijo Louis estrechándole la mano
-¿Qué vais a querer?
-Yo lo de siempre
-Yo un completo, por favor
Matt no tardó en servirnos, yo me había pedido un zumo y unas tostadas y Louis… Louis pidió huevos, salchichas, zumo, bacon y cosas que no pude identificar.
-Si tú desayunas así, me pregunto cómo lo hará Niall –Le dije riendo
-¿Niall? Multiplica esto por tres
-¿Sólo por tres?
En ese momento el móvil de Louis empezó a sonar.
-Louis, voy a llevar esto a la barra
-Vale
Cogí el plato de Louis y el mío y los llevé a la barra, aproveché que Louis estaba hablando por teléfono para pagar, y cuando me iba a sentar vi algo que hizo que se agitara cada parte de mi cuerpo.