sábado, 4 de febrero de 2012

Capítulo 31.

Zayn seguía sin responderme, decidí quitarme la venda. Estaba frente a la casa en la que Zayn había pasado los últimos días. La puerta de la casa estaba abierta y aparentemente todo estaba apagado dentro.
-Zayn voy a entrar
Otra vez sin respuesta. La situación empezaba a incomodarme. Entré en la casa, estaba bastante oscuro. Le di al interruptor de la luz pero no funcionaba. Un tímido rayo de luz asomaba por la rendija de la puerta del salón. Estaba algo nerviosa, abrí la puerta y vi que la luz procedía de unas velas colocadas en la escalera que subía al piso de arriba. La fragancia de las velas me resultaba familiar, era el mismo olor que el de las velas del día anterior. Me quité los zapatos sin hacer ruido y empecé a subir las escaleras. Las velas estaban colocadas haciendo un camino hasta una habitación cuya puerta, a diferencia de las otras, estaba abierta. En la habitación había más velas y una gran cama de matrimonio cubierta con pétalos de rosa. En el centro de la cama había una caja de cartón blanca que tenía una nota encima. Cogí la nota con cuidado y empecé a leer.
“Esta caja tiene algo que es tuyo, quizá sea el momento de que lo uses.”
Dejé la nota en la cama y abrí la caja con cuidado. Más pétalos de rosa, y debajo, doblado con cuidado encontré el picardías que las chicas le regalaron a Zayn. Una sonrisa tonta y mal disimulada se dibujó en mi cara. La habitación tenía un pequeño baño en el cual también había velas. Me cambié rápidamente y después de apagar las luces abrí la puerta. Todo estaba oscuro, las velas estaban apagadas. No se oía ningún ruido. De repente sentí como unas manos se posaban en mi cintura, y más tarde, un beso en el cuello que hizo que un escalofrío recorriese mi columna vertebral, que un impulso eléctrico llegase a mi cerebro poniendo alerta todos y cada uno de mis sentidos. Me di la vuelta despacio y pude reconocer la sonrisa de Zayn en la oscuridad de la habitación. Me puse de puntillas y al ver que iba a hablar puso su dedo en mis labios. Dejó resbalar su mano hasta mi cuello y poco a poco se fue acercando a mí. Nos besamos y Zayn me cogió en brazos sin interrumpir el beso. Cogí la parte inferior de su camiseta y se la subí hasta quitársela. Su cuerpo estaba caliente, supongo que al igual que el mío. Los besos cada vez eran más intensos, los latidos más violentos. Me dejó en el suelo e hizo que el picardías se deslizara por mi cuerpo hasta llegar al suelo, luego se paró en seco y me dejó caer en la cama.
-Andrea, ¿estás segura de esto?
-Sí Zayn
Se puso encima de mí y se acercó a mi oído.
-Te amo.
Te amo, cinco letras, dos palabras, un sentimiento, dos corazones.
Un rayo de luz que entró por la ventana hizo que me despertara. Me giré y aún con los ojos cerrados pasé mi mano por la cama en busca de Zayn pero lo único que encontré fue una nota en la almohada.
“Princesa, he tenido que irme pero tranquila, no estarás sola, Louis irá a comer contigo, os he dejado la comida preparada y la mesa puesta. Gracias por lo de hoy, te amo”
Cubrí mi cabeza con las sábanas, estaba realmente feliz. Fui al baño y me vestí. Saqué el teléfono de mi bolsillo y llamé a Louis.
-Hola Zanahoria, enseguida estoy allí, ya he hablado con Zayn
-Vale, date prisa que tengo que contarte algo que ha pasado
-¿Ha pasado, eso?
Le colgué, quería dejarle con la intriga, además tenía que contárselo a las chicas. Le mandé un mensaje a cada una. “Esta tarde reunión, tengo que contaros algo importante que ha pasado con Zayn, no os preocupéis, es bueno. Luego os llamo y quedamos, os quiero.” Terminé de mandar el mensaje y oí como alguien aporreaba la puerta de la casa. Me asomé por la ventana y vi a Louis chillando, no podía estarse quieto.
-¡Louis, vas a romper la puerta!
-Deja caer tu pelo Rapunzel, tu príncipe ha llegado
No puede evitar reírme a carcajadas. Cerré la ventana y bajé las escaleras a toda prisa. Abrí la puerta y salté encima de Louis con tanta fuerza que los dos acabamos en el suelo riéndonos.
-Que activa estás hoy eh Zanahoria
-Iba a decir que hoy estabas tonto pero, eres así siempre
-Anda ven aquí
Estábamos en el césped del jardín. Mirando el cielo, yo tenía mi cabeza apoyada en su brazo y él me estiraba los mofletes cada vez que tenía oportunidad. Empezamos a hablar y le conté con todo detalle lo que había sucedido.
-Bueno y eso es todo
-Y ahora que vas tan en serio con Zayn ¿Vas a dejarme?
-¿Cómo que si voy a dejarte?
-Estamos prometidos ¿no lo recuerdas?
Louis tenía razón. Los últimos días encerrada en mi habitación habíamos hecho una promesa, bajo ningún concepto, nunca, pero nunca, nunca, debíamos dejar que nada se interpusiese entre nosotros. Ni la distancia, ni el tiempo, ni siquiera otros amores.
-¿Estás loco? Ese día te prometí que siempre serías tú, que no habría otro mejor amigo, otro hermano. Y pienso cumplir mi promesa, siempre cumplo mis promesas.
-Me parece bien porque si no, cogeré un par de zanahorias y como diría Liam, pew pew pew a Zayn, a Niall, o a quien haga falta
Después de estas palabras usó su risa malvada, que de malvada la verdad tenía poco, pero era suficiente para hacerme reír.
Seguíamos tumbados cuando un sonido nos interrumpió. Eran las tripas de Louis.
-Ala, con esto de las confesiones se me había olvidado que venías a comer
Me levanté y tiré de su brazo. Entramos en la casa haciendo algún que otro sonido raro. Fui a la cocina a calentar la pasta que Zayn había preparado mientras Louis estaba en el salón. La comida no tardó mucho en estar lista, cogí los platos y entré en el salón. La risa se apoderó de mí cuando vi a Louis saltar por encima de los sofás mientras cantaba el trozo de la canción “Rock this party” que decía “Everybody dance now” Bajó del sofá y me cogió los platos de la mano poniéndolos en la mesa, luego agarró mis brazos y me hizo bailar de una manera bastante extraña. Los dos acabamos tirados en el sofá.
-Louis
-¿Qué?
-No cambies nunca
Empezamos a comer. Fue una comida algo extraña ya que Louis no paraba de imitar a Harry, Liam, Zayn y Niall. Cuando terminamos lo limpiamos todo y nos tumbamos en el sofá. Saqué mi móvil para ver si las chicas me habían llamado, y efectivamente, tenía llamadas de las tres. Marqué el número de Amira y empecé a llamar.
-Ya era hora de que dieras señales de vida señorita
-Lo siento he estado ocupada
-¿Haciendo qué?
-Bailando con una zanahoria
Dicho esto Louis se giró de golpe y se quedó mirándome mientras sonreía.
-Bueno ¿Cuándo nos vas a contar eso tan importante?
-¿Quedamos en el parque del hotel en una hora?
-Perfecto
-Os quiero
-Y nosotras
Colgué y me estiré aplastando a Louis con mis piernas.
-Louis
-¿Qué?
-¿Si te pregunto una cosa, te enfadarás?

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