jueves, 16 de febrero de 2012

Capítulo 43.

Entramos en casa riéndonos. Todo estaba apagado. En la mesa de la entrada había dos notas.
-Bueno Niall, esta es mi casa, no es una mansión pero te protege del frío y de la lluvia –Dije riéndome
-Que tonta eres
-No hay nadie. Pasa a la habitación de la derecha, es la mía
Se llevó mis maletas y yo cogí las notas. La primera era de mi madre. “Andrea, Carlos y yo nos vamos a esquiar con los tíos, volveremos en unos días. Dile a tu hermano que se porte bien contigo y por favor, no os peleéis mucho. Llámame si lo necesitas. Te quiero, y lo siento. Besos.” ¿A esquiar? ¡Pero si estábamos en verano! Mi madre y sus ideas de bombero… Cogí la segunda nota, era de mi hermano. “Niña, que como mamá no va a estar en casa voy a salir por ahí, no se cuando volveré. Tendré el móvil encendido. Por cierto, te he dejado dinero para unas pizzas, ala, adiós.” Sonreí y puse las notas sobre la mesa. Saqué el móvil y marqué el número de mi madre.
-Hola hija
-Hola mamá
-¿Has llegado bien?
-Sí
-¿Está tu hermano en casa?
-Bueno, ha salido a dar una vuelta, pero me dijo que volvería pronto
-Está bien
-Una cosita que quería yo decirte mami
-¿Mami? ¿Qué has hecho ya? ¿No habrás quemado la casa?
-¡Mamá! Acabo de llegar, no me ha dado tiempo
-Ay Andrea hija, que sustos me das
-Bueno, el caso es que un amigo se ha vuelto conmigo para que no viniese sola en el avión
-Que majo
-Sí
-¿Y?
-Y, que se va a quedar en casa un par de días porque sus padres están de viaje, si te parece bien claro…
-Por mi bien, pero nada de fiestas, que nos conocemos
¿Nada de fiestas? ¡Pero si en mi vida había hecho una!
-Andrea ¿me escuchas?
-Sí, sí, que nada de fiestas
-Pues eso, tener cuidadito, tengo que colgarte, Carlos acaba de incrustar su cara en la nieve
-Adiós mamá, gracias
Colgué antes de pudiese decir algo más. Fui hacia la habitación y me encontré a Niall tumbado en mi cama leyendo un libro.
-Niall, está en español, no lo vas a entender
-¿En serio está en español? Ya decía yo que fallaba algo –Dijo con tono irónico
-Que gracioso eres
-Sí, pero mira lo que he encontrado
Sacó una carpeta llena de posters de One Direction y cogió uno suyo que tenía escrito “Algún día serás mío, Niall” Me abalancé sobre él y se lo arrebaté de las manos.
-¡Niall!
-Fíjate, no sabía yo esto –Dijo pasando el dedo por la parte que estaba escrita
Me quedé un poco bloqueada. Esas palabras formaban parte de un pasado, no tenían importancia, ¿o sí? Empecé a sentir como el calor recorría mi cuerpo haciendo que me pusiera roja, pero en ese momento se me ocurrió algo.
-Anda Niall, si no sabes lo que pone
-¿Cómo estás tan segura?
-Si lo supieses me habrías pegado con algo, dice cosas malas
Por un momento vi como la duda se reflejaba en el rostro de Niall pero se dio cuenta y volvió a mostrarse firme. Se quitó las zapatillas y se recostó en la cama apoyando la cabeza en sus manos.
-No puedes mentirme
-Bueno, pues dime que es lo que pone
-Pone que soy… ¡LATIGABLE!
Estallé en carcajadas. ¿Latigable? Niall Latigable Horan, aún  recuero el TT que hicimos las directioners. Él también empezó a reírse mientras se incorporaba en la cama.
-Está bien no sé lo que pone, pero lo que si sé es que es algo bueno y quizá con un toque picante, el rojo de tus mejillas lo confirma
Le golpeé el brazo mientras lo negaba.
-¿Sabes? El español es complicado
-¿Complicado?
-Sí, es ilegible
-Bueno, para ti, para mí es fácil
-También es verdad
-¿Te parece si pedimos unas pizzas?
-¿Pizzas? ¿Ves? Empezamos a hablar el mismo idioma
Los dos reímos como imbéciles mientras nos mirábamos.
-Bueno ¿Y tus maletas?
-¿No te has dado cuenta en todo el viaje de que no he traído?
-Bueno es que…
-Fue todo tan improvisado que a penas me dio tiempo. Lo único que traje fue la mochila con un par de calzoncillos
-Oh, bien pensado Niall –Dije con ironía
-Gracias reina
-Anda tonto vamos a pedir las pizzas –Dije mientras tiraba de su brazo y le llevaba hasta el salón
-¿Te importa si me doy una ducha? Estoy algo cansado del viaje
-No, por supuesto
Niall entró al baño mientras yo pedía las pizzas. Busqué algo de ropa de mi hermano para que la usase de pijama. Las pizzas acababan de llegar, pagué al repartidor e incluso le di algo de propina, cosa que no solía hacer.
-¡Niall, ya ha llegado la comida!
-¡Voy!
Oí como se abría la puerta del baño se abría y cogí la ropa de mi hermano para llevársela. Una espesa cortina de vaho ocupaba todo el baño. Dejé la ropa en la estantería pensando que Niall ya había salido pero cuando me di la vuelta comprobé que estaba equivocada.

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