martes, 24 de abril de 2012

Capítulo 68.

Tardé en reaccionar unos segundos, pero finalmente pude decir algo.
-¿Qué haces aquí?
Me agarró impidiendo que me levantara pero me deshice de él.
-Déjame Zayn
-Está bien
Me levanté y él hizo lo mismo.
-Veo que sigues igual de patosa –Dijo con una sonrisa triste
-Hace unas semanas yo descubrí algo de ti que no sabía
-Déjame explicártelo –Dijo acercándose a mí
-No te acerques, ni me toques –Dije empujándole
Me puse detrás del mostrador y él se quedó en el otro lado.
-¿Qué haces aquí?
-Pasaba por aquí y tenía que comprar unas cosas
-Pues vete
-Si quieres no me escuches, pero aquí el cliente siempre tiene la razón y yo no me voy sin comprar, y sin que me escuches
-Lástima, dije mirando el reloj de mi muñeca, es hora de cerrar
Me di la vuelta y empecé a recoger mis cosas.
-Andrea, escúchame por favor
-¿Qué te escuche? Si apenas puedo mirarte a la cara –Susurré
-Pues no me mires, solo escúchame, dame la oportunidad de explicarte…
-De explicarme ¿Qué? Cualquier excusa es inválida
-Tienes razón, y no voy a darte excusas
-¿Y qué vas a hacer? –Dije girándome hacia él
-Pedirte que me perdones
-Fuera Zayn, no quiero oírte
-Está bien… -Dijo dándose media vuelta
-Espera un momento, ¿Y ese ojo?
Zayn tenía un ojo algo morado.
-¿Niall no te lo ha contado?
-¿Qué tenía que contarme?
Zayn se mordió el labio de abajo y tras pensarlo unos segundos habló.
-Ven conmigo y te lo cuento
Dudé unos segundos, ¿Debía ir con él? ¿Después de todo lo que había pasado?
-Andrea, no pierdes nada viniendo, además, tu turno ha terminado, ¿no?
-No –Dije cogiendo mis cosas y saliendo de la tienda
Zayn salió detrás de mí y fui a cerrar la persiana metálica pero estaba demasiado alta y no podía alcanzarla ni saltando.
-Deja que te ayude
-No me hace falta tu ayuda –Dije saltando
-¿No? Está bien, pues haber si lo consigues tú sola
Le miré mal y volví a mirar la persiana, Zayn tenía razón no podía hacerlo sola. Se mojó los labios, se acercó a mí y bajó la persiana con una facilidad asombrosa.
-Trae las llaves, ya cierro yo –Dijo cogiéndolas de mi mano
-Vale, ahora que has cerrado, déjame en paz –Dije mientras echaba a andar
-Me debes un favor
-¿Aún tienes la cara de pedirme un favor? –Dije sin dejar de andar
-Sí, la tengo, y no me importa perseguirte todo el tiempo que haga falta
-No, todo el tiempo que haga falta no, lo que tarde en llegar a casa –Dije entrando al parque
-Ah, ¿Y piensas irte a casa sin las llaves de la tienda?
Me toqué los bolsillos en busca de estas y efectivamente me las había quitado. Me giré bruscamente y fui a cogerle la mano pero la apartó rápidamente.
-Zayn, deja tus jueguecitos y madura
-¿Madurar yo? Y lo dice la que ni siquiera me da la oportunidad de hablar –Dijo serio
-Yo no soy la que se va besando con otras personas por ahí –Dije más seria aún
-Andrea…
-¿Así arreglas tú las cosas? No siempre tendrás unas llaves con las que chantajearme
-Tienes razón, no siempre, pero ahora sí
-Vale Zayn, gracias por todo –Dije marchándome y dejándole ahí
Tenía ganas de llorar, pero no, no podía mostrarle mi debilidad, ¿Pero cómo no mostrársela? Sí mi debilidad, era él.
Noté como se acercaba corriendo, se puso delante de mí haciendo que dejase de andar.
-Está bien, tienes razón, me estoy comportando como un niño, toma las llaves –Dijo mientras me agarraba la mano y me las daba –Pero por favor, dame la oportunidad de hablar
Una parte de mí se compadeció de él, la parte que le seguía queriendo, la parte que se había reconstruido solo con notar el contacto de nuestras manos.
Miré como su mano agarraba la mía y me aportaba algo de estabilidad ya que estaba temblando. Y mientras miraba nuestras manos vi que aún llevaba mi pulsera, y eso, eso empujó mis piernas y me hizo andar, y por un motivo que aún no conozco, lo hicieron sin soltar su mano.
Caminamos durante un rato y finalmente nos sentamos en un banco como el día que nos despedimos en Madrid.
-Me encanta estar de la mano contigo, pero me estoy clavando las llaves –Dijo sonriendo
-Oh, sí
Me solté la mano, cogí la llave y la guardé en mi bolsillo.
-¿Qué te ha pasado en el ojo?
-Digamos que tuve una pequeña discusión con Niall
-¿Os peleasteis?
-Sí
Ninguno de los dos miraba al otro, nos limitábamos a mantener la vista en la nada.
-¿Por qué?
-Porque fui un cabrón
-Sí, lo fuiste –Dije girándome hacia él
-Y no ha habido día que no me arrepienta, ni noche, te lo juro
-Por eso te cuesta mirarme a los ojos
Se giró hacia mí, y pude ver la tristeza en su rostro, lo cual hizo que me estremeciese.
-¿Por qué hiciste eso?
-¿Qué más da Andrea? Lo hice, y lo siento, y ojalá pudiera cambiarlo, pero no puedo
-No, no puedes –Dije levantándome del banco
-Por favor Andrea, no te vayas –Dijo cogiéndome la mano
-¿Y por qué me iba a quedar? –Le chillé con lágrimas en los ojos
-¡Porque aún me quieres, joder! –Dijo levantándose y apretando mi cabeza contra su pecho –Aún me quieres –Me susurró
-No, no te quiero, no te quiero –Le chillé mientras le golpeaba el pecho e intentaba deshacerme de él –No te quiero…
Me vi vencida, no podía más, no podía seguir golpeándole, no tenía fuerzas, dejé que mis manos se deslizasen hasta rodear su cuerpo y me abracé a él. Él me apretaba cada vez más fuerte contra su pecho mientras acariciaba mi espalda con la otra mano.
-Te quiero, nunca he dejado de hacerlo, nunca lo haré –Dijo besándome la frente –Y ahora siéntate aquí y tranquilízate
Estuvimos un rato callados, estaba apoyada en su hombro y el pasaba su mano por mi brazo mientras me abrazaba.
-Háblame de ella
-No
-¿Por qué?
-Porque no te quiero hacer más daño
-No podrías hacerme más daño
-Pues entonces, simplemente no quiero hacerte daño, Rose no significa nada
-¿Rose? ¿La de los mensajes?
-Sí, pero de verdad, no significa nada, ¿puedo proponerte algo?
Afirmé con la cabeza.
-Yo te sigo queriendo, y tú a mí también, porque sí no, ya te habrías ido, no te voy a pedir una respuesta ahora, pero yo quiero estar contigo, piénsalo
Fui a hablar pero puso un dedo en mi boca haciéndome callar.
-No digas, nada, vamos a comer algo
Se levantó y tiró de mi mano. Caminamos durante un buen rato hasta que llegamos a un McDonald’s. Nos sentamos en una mesa apartada, situada en el fondo para intentar pasar desapercibidos. Pedí la comida para evitar que la gente de la fila viese a Zayn, pagué y fui con él.
-Eh, mira eso
Me giré y al no ver nada volví a mirarle y me tiró el papel de su pajita soplándolo.
-Estate quieto, no seas niño –Le dije seria
-Lo siento –Dijo pensando que me había molestado
Cogí mi pajita e hice lo mismo y los dos nos reímos. Estuvimos toda la tarde allí metidos pero ya se estaba haciendo tarde y yo tenía que llegar a casa antes que Jamie. Salimos del McDonald’s y estaba lloviendo a mares.
-¿Y ahora qué hacemos? –Me preguntó desde la puerta
-Corre –Dije cogiéndole la mano
-Pero ¿y mi pelo?
-Ya se ha estropeado, lo siento –Dije despeinándole
Corrimos durante unos quince minutos, el McDonald’s estaba algo lejos de mi casa y ya eran las diez menos cuarto, tenía que estar antes de las diez, que era cuando llegaba Jamie.
-¡Corre más rápido Zayn!
Finalmente llegamos a mi casa.
-¿Vives aquí? –Dijo chillando
-Sí, y ahora vete o Jamie te matará
-¿Después de todo lo que me he mojado no vas a darme ni un besito?

3 comentarios:

  1. sigueeelaa yaaa!! ahhh pero que mono es Zayn a pesar de que es un cabrón! jajaj un beso sube pronto ;)

    ResponderEliminar
  2. Porfavor subee prontoo, me encanta, me encanta, me encantaa, pero porfavor que se quede con Niall es demasiado dulce como para no darle una oportunidaad :)

    ResponderEliminar
  3. No me gusta que Niall se lo curre y que esté allí siempre y que Zayn le haga daño y ella le predone siempre, no se da cuenta de que el sufrimiento la consume?

    ResponderEliminar